Muchos acontecimientos ocurrirían, Blanca comenzaba a crecer, su cuerpo iba cambiando pero no así sus sentimientos por Pedro Tercero, aun, como cada vez, esperaba con ansias el verano en donde volvería a la tierra querida de la ascienda, el único lugar donde junto a su amigo podía ser ella misma. Al unisono de este acontecimiento biológico, la familia sufrió un gran impacto, una noche cuando se disponían a cenar en "la gran casa de la esquina" apareció Férula, cruzo la puerta con su manojo de llaves atada a la cintura como todos la recordaban, pero no dijo nada, los tres niños, que se encontraban en esa ocasión en el hogar se alegraron de ver a su tía, Blanca intentó acercarse a ella pero Clara se lo impidió, ella sabía con certeza lo que en esa habitación estaba ocurriendo, la hermana de Trueba se acercó a la mujer con capacidades psíquicas y besó su frente, luego de esto volvió a cruzar el umbral de la puerta para marcharse a un lugar más allá del entendimiento humano, al menos el común. Luego de esto Clara junto a su clan familiar visitarían al padre Antonio para que los llevara al domicilio de la aparecida, ahí como dijo Clara, encontrarían a Férula muerta.
Los niños se volvieron a ver, pero Pedro asustado por los cambios que su compañera de juegos había sufrido en ese corto tiempo se asustó y escondió por el día, lo que produjo en Blanca al caer la noche la desdicha y el sufrimiento por el primer amor. Al otro día se levantó temprano y se dio cuenta, al verse detenidamente en el espejo, que su amigo se había asustado por los cambios radicales que comenzaba a tener. Salió sin hacer ruido muy temprano en la mañana y se dirigió al lugar en donde se juntaba a menudo con Pedro Tercero, a las orillas del río, su amigo también la esperaba, ambos se miraron y luego de darse cuenta que Blanca estaba mucho más alta que el muchacho, y que él aun era físicamente más niño que ella, se abrazaron y rieron como lo hacían cada verano. Pedro Tercero la llevó a ver el nacimiento de un potrillo, y ahí entre los matorrales, escondidos para que la yegua salvaje no los viera, Blanca entre sollozos de felicidad le dijo a su amigo que cuando fueran grandes ellos se casarían. Ese verano se juraron amor y antes de volver a la capital se despidieron en el granero en donde idearon un sistema secreto para comunicarse.
Durante todo ese tiempo Pedro Tercero escribía canciones acompañado de a su guitarra, composiciones las cuales cantaría a Blanca cuando volviera, esa parte del libro me recuerda a mi, cada ves que tengo tiempo tomo mi guitarra y en diez minutos estoy tocando y cantando una nueva canción, la que anoto en una libreta para que no se pierda entre el olvido, pero esa ya es mi propia historia y me estoy desviando de la que realmente nos interesa. Por su parte Blanca, mientras se encontraba estudiando junto a las monjas, tejió un chaleco calculando las proporciones de su amado Pedro Tercero, pero al volver el otro verano su recuerdo de aquel niño se vería distorsionado por la de un hombre, al cual no le entraba para nada el chaleco que ella le había tejido.
Los muchachos llegaron al acuerdo de ignorarse durante el día, para así mantener "las aguas tranquilas", la Nana por fin podría respirar tranquila al ver que Blanca no tomaba en cuenta al muchacho, pero hubiera sido caótico que la pobre mujer se enterara que cada noche junto al río los dos jóvenes se juntaban para amarse mutuamente y que la muchacha regresaba al amanecer antes que cantaran los gallos. Pedro Tercero se reunía cada vez que podía con uno de sus profesores que aspiraba las ideas comunistas y con el padre José Dulce María quien decía que cristo estaba con la izquierda, de manera que aprobaba las ideas bolcheviques.
Ese año un gran terremoto azotó al país y sobre todo a la zona, Clara lo había predicho, y esa misma noche del desastre se dirigió a la pieza donde suponía a su hija durmiendo, pero esta cada noche dejaba su puerta cerrada y escapaba por la ventana para caer en los brazos de su amado. La nana y los mellizos habían vuelto antes a la capital junto a la mayoría de los empleados. El terremoto comenzó justo cuando Clara salió de la caza y se percató que la ventana de la habitación de Blanca estaba abierta y que su hija se encontraba muy lejos de ese lugar. Esteban no alcanzó a salir y la casa se le vino encima, estaba amaneciendo y los dos jóvenes aparecieron, Clara entre bofetadas y abrazos vio que su hija se encontraba a salvo, pero su marido aun estaba bajo los escombros. Luego de sacarlo, y gracias a la sabiduría de Pedro Gracía, el patrón se pudo salvar, Blanca tuvo que volver donde las monjas, la Nana murió de susto a causa del terremoto y Clara tuvo que despertar de su circulo de eterna niñez y convertirse en una mujer, la que junto a Pedro Segundo tendría que levantar nuevamente a "Las tres Marías".
La inmovilidad de Trueba lo había convertido nuevamente en un ser odioso, que dejaba escapar su ira a cada instante, por su parte el joven Pedro Tercero introducía panfletos de ideas comunistas, derechos del trabajador y otros puntos que molestaban a los dueños de los fundos.
Blanca por su parte se las ingenió para convencer a las monjas de que padecía síntomas de una terrible enfermedad , las que habían aumentado con el desastre natural, de esta manera ella volvería a la ascienda y podría ver a Pedro Tercero. Obviamente las religiosas mandaron a llamar a la madre para que se la llevara al campo, y Clara tuvo que ir por ella pasando a ver a sus mellizos, a los cuales no había visto desde el terremoto. Para sorpresa y angustia de la joven su amado compañero ya no se encontraba en la ascienda, Esteban lo había desterrado de "Las tres Marías" cuando descubrió que el joven introducía panfletos comunistas a la ascienda, muchas veces el muchacho lo había desafiado cantándole composiciones musicales de la unión de las gallinas y la derrota del zorro, lo que hizo a Esteban tener puesta la vista en cada maniobra del desafiante muchacho.
Blanca fue cada día a las orillas del río, donde por mucho tiempo fue el lugar de encuentro de los jóvenes, hasta que el muchacho disfrazado, para no ser reconocido ya que estaba amenazado de muerte por Esteban, se apareció en el lugar para encontrarse una vez más con su querida Blanca, lo cual ocurrió muchas veces más pero de maneras mas lejanas por las dificultades que se presentaban, cada vez con un nuevo disfraz, pero sus tristes y brillantes ojos negros serían la manera en que la muchacha lo reconocía.
Pedro Tercero era conocido como un héroe por los campesinos de la zona, y cualquiera estaba dispuesto a prestarle ayuda si este se llegaba a aparecer en su puerta. Pedro Segundo, aunque reiteradas veces propinó una paliza a su hijo para que cambiara de parecer por miedo a lo que el patrón podía llegar a hacer con su progenitor, se sentía orgulloso de que su hijo fuera un prófugo y no un sembrador de pobreza, nunca hablaba de él, sólo en el seno familiar, y se alegraba cuando escuchaba cantar a algún individuo la canción de las gallinas y el zorro. Su hijo había hecho más influencia con su canción que con los mismos panfletos del partido socialista.